El voluntariado nos permite entrar en contacto con lo que hay de vivo en el mundo, romper la corteza de egoísmo que nos trata encarcelar en nuestro "yo". Como decía Helder Cámara, religioso brasileño defensor de la justicia social, "cualquiera sea la importancia de este nuestro mundo interior, la humanidad es más grande y es esa la que tenemos que servir".
Quito, Ecuador: El voluntariado nos permite entrar en contacto con lo que hay de vivo en el mundo, romper la corteza de egoísmo que nos trata encarcelar en nuestro “yo”. Como decía Helder Cámara, religioso brasileño defensor de la justicia social, “cualquiera sea la importancia de este nuestro mundo interior, la humanidad es más grande y es esa la que tenemos que servir”.
Mi asignación como Voluntaria ONU internacional se ha desarrollado durante 10 meses en Riobamba, provincia de Chimborazo, en una de las oficinas provinciales del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). Estos últimos dos meses estuve apoyando la oficina central de UNFPA en Quito. Chimborazo cuenta con los niveles más preocupantes del país en cuanto a embarazos no deseados en la adolescencia, violencia contra las mujeres e intrafamiliar y mortalidad materna. Por eso, las mujeres son uno de los grupos más vulnerables.
UNFPA trata de mejorar la vida de las personas, y el servicio en esta agencia me ha permitido poner en acción y mejorar mis conocimientos y habilidades en prevención de los embarazos en adolescencia, prevención de VIH y de la violencia contra las mujeres, participación juvenil y salud materna.
UNFPA considera las y los adolescentes como población prioritaria en su papel, y resalta la importancia de un enfoque de igualdad entre hombres y mujeres, por eso tuve la suerte de acompañar mujeres adolescentes en procesos de capacitación sobre derechos sexuales y reproductivos, cuidado obstétrico neonatal, así como en prevención de la violencia.
Ser Voluntaria de la ONU quiere decir tener la oportunidad y el deber de crear puentes entre las instituciones y las organizaciones de la sociedad civil. Este rol se ha concretado en la facilitación de espacios de diálogo y de apoyo entre instituciones como la Comisaría de la mujer y jóvenes víctimas de violencia, así como en la remisión de casos a la sala de primera acogida del Hospital General Docente de Riobamba, especializada en atención a víctimas de violencia sexual. He acompañado también procesos de capacitaciones en las instituciones educativas para capacitar el personal docente sobre la ruta diseñada para responder a casos de acosos y abusos sexuales a adolescentes.
Ha sido un honor apoyar el proceso de socialización entre los grupos juveniles, de mujeres, de voluntariado y participación social de la ciudad en el marco de las actividades de promoción del voluntariado en el territorio.
Fue solo el primer fruto de la unión entre las organizaciones de voluntariado y participación social en Riobamba. Me siento muy orgullosa de haber colaborado como Voluntaria ONU al comienzo de este proceso para fortalecer la participación, el compromiso y la voz de las personas, en particular de las adolescentes para implementar políticas de desarrollo y crear el mundo que anhelamos.
Como decía Helder Cámara: “Cuando soñamos solos, sólo es un sueño. Pero cuando soñamos juntos, es el comienzo de una nueva realidad”.
¡Atrévete a soñar de nuevo!