El Voluntario de la ONU Marco Federico Álvarez es uno de los creadores de la campaña de reciclaje de desechos sólidos iniciada en octubre de 2013 por la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH). Desde entonces, este voluntario de 32 años recorre las oficinas de la MINUSTAH para capacitar a agentes de saneamiento, sensibilizar a sus colegas e inspeccionar los diferentes espacios con el propósito de reciclar el 25% de los desechos producidos por la oficina de la MINUSTAH.
El Voluntario de la ONU Marco Federico Álvarez es uno de los creadores de la campaña de reciclaje de desechos sólidos iniciada en octubre de 2013 por la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH). Desde entonces, este voluntario de 32 años recorre las oficinas de la MINUSTAH para capacitar a agentes de saneamiento, sensibilizar a sus colegas e inspeccionar los diferentes espacios con el propósito de reciclar el 25% de los desechos producidos por la oficina de la MINUSTAH.
“El compromiso de Marco Álvarez en la conducción de la campaña no tiene fallas. Sus contribuciones personales son notables, especialmente en la formación de agentes sanitarios”, dice Hermelinda Plata, jefa de la Unidad de Acuerdo Ambiental (UCE, por sus siglas en francés) de la MINUSTAH.
Más allá de la difusión de mensajes sencillos sobre el reciclaje de desechos, la apuesta de la campaña es propiciar un cambio de comportamiento real de manera sostenible en materia de gestión de desechos domésticos.
Marco sabía que la tarea sería delicada: “Yo sé que es difícil hacer que la gente se adapte a nuevos comportamientos. Por eso es importante saber cómo hablarles, darles confianza y tener paciencia para que se unan a esta causa”, aconseja.
La ventaja más grande de este guatemalteco es su dominio de la lengua creole. “Esto le permite establecer fácilmente contacto con los agentes sanitarios y los voluntarios a cargo de la sensibilización puerta a puerta”, añade Hermelinda Plata.
“La formación de los agentes sanitarios es fundamental para la campaña. Ellos son la base del reciclaje. Es necesario que sepan cómo clasificar los desechos y que entiendan por qué se les hace hacer este trabajo”, explica Marco en un taller en el que se han reunido una treintena de agentes, sobre todo de logística, de la MINUSTAH en Puerto Príncipe.
Marco Álvarez llegó a la MINUSTAH hace tan sólo 10 meses, sin embargo ya se expresa cotidianamente en creole. “Cuando uno es capaz de hablar el idioma de una comunidad, sus miembros lo acogen con más facilidad y le tienen más confianza”, señala Marco. “Y para aprender bien un idioma también hay que entender la cultura de la comunidad que lo comparte.”
Marco confiesa encantado haber aprendido mucho en estos años como voluntario. Sus habilidades como investigador se han enriquecido con la experiencia sobre el terreno, donde ha trabajado con mujeres y hombres de diversos orígenes. Marco espera poder emplear esta competencias en futuros proyectos, sobre todo porque sueña con retomar la investigación para la preservación del medio ambiente.
Pero antes Marco quiere dar lo mejor de sí mismo para contribuir a la protección del medio ambiente en Haití. “Las condiciones ambientales en Haití son bastante precarias. Sería muy irresponsable que el trabajo de la MINUSTAH contribuyera a la contaminación del medio ambiente”, dice.
Hasta ahora, la campaña ha permitido reciclar el 18% de los desechos sólidos generados por la misión. Sin embargo, Marco se prohíbe cualquier satisfacción. “Es necesario que la mayor cantidad posible de desechos sean reciclados. De esta forma la MINUSTAH habrá contribuido efectivamente al desarrollo de Haití y podrá dar ejemplo en materia de protección del medio ambiente”, concluye.