"La comunidad LGBT de Moldavia puede actuar como elemento catalizador de las reformas sociales, al igual que lo hicieron otros movimientos en el pasado. Los derechos de las lesbianas, los gays, los bisexuales y los transexuales de Moldavia pueden constituir un tema común para propiciar un auténtico movimiento social nuevo", dice Josef Šmída, Joven Voluntario de las Naciones Unidas que trabaja bajo la supervisión del Asesor de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Chisinau, para promover el desarrollo basado en los derechos humanos y la no discriminación en Moldavia.
Chisinau, Moldavia: La comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y trans (LGBT) de Moldavia es un grupo diverso. Engloba a personas de distintas edades, distintas clases sociales, distintos ámbitos políticos y distintos niveles de educación. Está constituida por ciudadanos pertenecientes a movimientos comunitarios de base y ONG institucionales, activistas y profesionales, y cuenta con el apoyo de la comunidad internacional.
Lo que tienen en común sus miembros es la reivindicación de su derecho a la igualdad y a la igualdad de oportunidades para todos. En Moldavia, la reivindicación de los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y trans constituye un marco general para combatir la intolerancia en la sociedad y abrir espacios públicos y libres de prejuicios para promover el desarrollo social, cultural, político y democrático.
Los derechos de las lesbianas, los gays, los bisexuales y los transexuales de Moldavia representan un importante ámbito temático no solo para los defensores de los derechos humanos sino también para las personas que reivindican una sociedad justa y exigen que se prohíba la discriminación.
En el mes de mayo se celebró en Chisinau el Orgullo Gay, un festival cultural organizado por la comunidad LGBT. En el curso del mismo se realizaron varias actividades paralelas, desde sesiones de cine y de música y representaciones con contenido social y artístico hasta conferencias a cargo de oradores internacionales. El amplio espectro de las actividades organizadas durante el Orgullo demostró que los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y trans no solo son importantes para la comunidad LGBT sino también para la sociedad en su conjunto. Además, el festival del Orgullo fue una prueba de la resiliencia y el empoderamiento de este grupo de personas pese a los problemas a los que se enfrentan en la esfera pública.
La comunidad LGBT de Moldavia puede actuar como elemento catalizador de las reformas sociales, al igual que lo hicieron otros movimientos en el pasado. Los derechos de las lesbianas, los gays, los bisexuales y los transexuales de Moldavia pueden constituir un tema común para propiciar un auténtico movimiento social nuevo en un hermoso país que se esfuerza por promover la igualdad y la no discriminación, así como una mayor comprensión de la diversidad de las personas.
Biografía: Josef Šmída es un Joven Voluntario de las Naciones Unidas que trabaja bajo la supervisión del Asesor de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Chisinau, para promover el desarrollo basado en los derechos humanos y la no discriminación en Moldavia. Anteriormente participó en el proyecto Instrumento Europeo para la Democracia y los Derechos Humanos, del Asesor de Derechos Humanos, en cuyo marco se abordaron diversas cuestiones, como los derechos de las minorías, el empoderamiento de las comunidades locales, los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y trans y los derechos de las personas con discapacidad. Josef considera que los derechos de los LGBT representan un aspecto esencial de la igualdad, dado que en la sociedad moldova existe una particular tendencia a excluir a los miembros de la comunidad LGBT en general de la vida real y de los valores subyacentes a la misma.
Artículo traducido del inglés por la Voluntaria en línea ONU Luisa Merchán.