Saber que mediante el trabajo realizado con la entrega de los alimentos del PMA se mejora la calidad de vida de las familias, reduciendo su vulnerabilidad y haciéndoles más fuertes ante la sociedad, y sentir el cariño de los niños beneficiarios y el agradecimiento de las madres fue sin duda lo más gratificante.
Chimborazo, Ecuador: Estoy muy orgullosa de haber formado parte del equipo del programa de Voluntarios de las Naciones Unidas (VNU). Mi asignación fue en la provincia de Chimborazo como Voluntaria ONU promotora comunitaria para el Proyecto CLOSAN del Programa Mundial de Alimentos (PMA).
El proyecto tiene como objetivo principal apoyar las capacidades locales orientadas a mejorar la seguridad alimentaria y nutricional, incluyendo la diversidad de la dieta de las niñas y niños preescolares y escolares y otros grupos vulnerables. En Chimborazo el proyecto se ejecuta en cuatro cantones: Riobamba, Colta, Guamotes y Alausí.
En cada uno de estos cantones tenemos beneficiarios del proyecto que acuden felices una vez al mes al canje de sus tarjetas-cupón valoradas en 40 dólares EE.UU. por una canasta que contiene 22 productos alimenticios. Previamente tienen que haber asistido a un taller de capacitación en temas nutricionales, que son compartidos por compañeros técnicos del Gobierno Provincial.
El trabajo en equipo del PMA, los técnicos del Gobierno Provincial de Chimborazo y los proveedores de los productos alimenticios a favor de los beneficiarios permite el éxito del proyecto. Coordinar actividades para planificar los talleres de capacitación, escuchar los comentarios de los beneficiarios, entre ellos historias de vida, y hacer amigos sin duda es la parte más importante.
Durante mi asignación, ha sido muy enriquecedor poder presenciar los talleres que brindan los compañeros bilingües del Gobierno Provincial en quichua a los beneficiarios de los cantones de Guamote y Alausí, donde la mayor parte de la población es indígena; coordinar actividades para la conformación de la canasta, la adquisición de los productos y la logística de entregas en los diferentes puntos; y trabajar conjuntamente por un solo objetivo: el de brindar la mejor atención a cada uno de los beneficiarios.
Los días más esperados de cada mes, en los que se reflejaba todo el trabajo, son los de las entregas. Los beneficiarios van llegando acompañados de sus niños, esposos o esposas. Mientras los padres asisten al taller de capacitación, los niños juegan en los espacios libres y hacen amigos. Al terminar los talleres se reúnen nuevamente las familias y canjean la canasta de productos alimenticios por la tarjeta-cupón, se retiran con una gran sonrisa en sus rostros, un apretón de manos y palabras de agradecimiento, y retornan en grupos a sus respectivas comunidades.
Saber que mediante el trabajo realizado con la entrega de los alimentos del PMA se mejora la calidad de vida de las familias, reduciendo su vulnerabilidad y haciéndoles más fuertes ante la sociedad, y sentir el cariño de los niños beneficiarios y el agradecimiento de las madres fue sin duda lo más gratificante.
Biografía: Angélica Ruiz Paucar es Ingeniera de Empresas y estudió en la facultad de Administración de la Universidad Técnica de Ambato. Ha prestado servicio como voluntaria en varias instituciones, como Cruz Roja, Defensa Civil, Cruz Amarilla, Comité de Voluntarios Tungurahua y Consejo de Participación Ciudadana y Control Social. Acaba de realizar una asignación de seis meses como Voluntaria de las Naciones Unidas promotora comunitaria en la provincia de Chimborazo para el proyecto CLOSAN del PMA.