Toily Kurbanov, Coordinador Ejecutivo Adjunto del programa VNU, intervino en la Conferencia de Helsinki en apoyo de los sirios y de la Región, durante la cual ofreció una serie de valiosos aprendizajes para la reconstrucción de Siria tras el acuerdo, centrados en lo que pueden hacer los voluntarios locales al estallar las crisis, cuando son siempre los primeros en alcanzar a los más vulnerables, así como en el papel de los Voluntarios de la ONU en construir el desarrollo local. La siguiente es una transcripción completa de sus palabras.
El programa VNU es a la vez un programa global y un servicio común al sistema de las Naciones Unidas administrado por el PNUD. En este momento 4.200 Voluntarios de las Naciones Unidas están contribuyendo a la paz y el desarrollo en todo el mundo a través de los programas de distintas agencias de la ONU. Entre ellos hay 350 voluntarios en Jordania, Líbano, Turquía y Egipto, la mayoría de los cuales participan en la respuesta regional a la crisis de Siria.
En la frontera sirio-turca, por ejemplo, voluntarios internacionales monitorean la introducción y la entrega de material humanitario. En Líbano hay refugiados palestinos ayudando a administrar escuelas para los niños palestinos refugiados que huyen de la violencia en Siria. Y también tenemos voluntarios en línea que apoyan a las agencias de la ONU procesando datos o mapas o traduciendo informes al árabe.
De esta manera, aunque por ahora en pequeña escala y solamente en línea, parece haberse puesto en marcha la transferencia de competencias de la diáspora. Estamos listos para ampliar, cuando llegue el momento oportuno, la escala de las soluciones de voluntariado en asociación con el PNUD y otras agencias de la ONU.
En este contexto, me gustaría transmitir al panel y a la audiencia dos lecciones aprendidas. En primer lugar, la experiencia global demuestra que los voluntarios locales son los primeros en llegar a una escena de crisis y en brindar asistencia a las víctimas. Lo hemos visto repetidas veces, en caso tanto de guerra civil como de catástrofe natural. Al conocer el contexto local, estos voluntarios aseguran que las soluciones sean propiedad de la comunidad y no estén impuestas desde fuera. Pero por sobre todas las cosas, potencian el alcance de la ayuda de manera exponencial y permanecen en sus puestos para satisfacer las necesidades residuales cuando el apoyo internacional comienza a retirarse. Es decir que son soluciones de voluntariado esenciales en términos tanto de apropiación local como de sostenibilidad de los resultados.
La segunda lección, como decíamos esta mañana, es que reconstruir resiliencia pasa necesariamente por reinvertir en las instituciones locales. En muchos países de Asia, África y América Latina hemos visto que involucrar a Voluntarios de la ONU cataliza la formación de asociaciones de voluntariado locales e incluso nacionales. En otras palabras, las soluciones con Voluntarios de la ONU resuelven las cuestiones del aquí y ahora, pero también pueden dejar una herencia institucional duradera de apropiación local. Y si hay equilibrio de género entre los voluntarios desplegados, también lo habrá en los resultados institucionales.
Hasta aquí las dos lecciones aprendidas que me interesaba compartir. Pero como decía esta mañana la Administradora del PNUD, Helen Clark, me limito a sugerirlas, porque en Siria deberá haber soluciones sirias. Estamos listos para compartir lo aprendido, pero sobre todo para analizar qué puede tener –o no tener— significado en el contexto de Siria.
Toily Kurbanov es el Coordinador Ejecutivo Adjunto del programa VNU para Servicios de Gestión. El texto fue recogido durante el Evento Colateral del PNUD Nunca es tarde para planificar: lecciones aprendidas para la reconstrucción de Siria tras el acuerdo, en el marco de la Conferencia de Helsinki en apoyo de los sirios y de la Región celebrada en Helsinki, Finlandia, el 23 y 24 de enero de 2017.
Artículo traducido del inglés por la Voluntaria en línea de las Naciones Unidas Delia Tasso.