Aunque a nivel global la paz sigue siendo en buena parte un objetivo no bien definido que suele representarse negativamente como mera falta de violencia, el trabajo que realizan los Voluntarios de las Naciones Unidas demuestra que la paz es muchísimo más. La naturaleza peculiar de su implicación con el mantenimiento de la paz se caracteriza por la solidaridad, la voluntad de iniciar el cambio positivo desde adentro y un claro compromiso a trabajar con todos los pueblos de una región.
No pasa un día sin que nuestro mundo se enfrente al sufrimiento de millones de personas víctimas de conflictos armados o guerras. La resolución pacífica de los conflictos y el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales están entre las principales razones por las que se crearon las Naciones Unidas. La consolidación de la paz está en el corazón de la labor de la ONU y sigue siendo una prioridad apremiante para todos sus Estados Miembros (A/69/968–S/2015/490).
La búsqueda de la paz y el progreso no puede terminar en pocos años con una victoria o una derrota. La búsqueda de la paz y el progreso, con sus ensayos y sus errores, sus éxitos y sus reveses, no se detiene ni se abandona nunca. – Dag Hammarskjöld (1905–1961), segundo Secretario General de las Naciones Unidas.
Estamos empezando a entender no solamente los factores que llevan a un conflicto, sino también los que llevan a la paz. Las estructuras, actitudes e instituciones que apuntalan la paz están aflorando lentamente para permitirnos indagar qué motivos conducen a las personas a trabajar en favor de la paz y no de la guerra.
En los últimos veinte años la ONU ha dado pasos significativos hacia la reforma de sus operaciones de mantenimiento de la paz. El documento más notable al respecto es el Informe del Grupo sobre las Operaciones de Paz de las Naciones Unidas (Informe Brahimi, 2000). A partir del análisis inaugurado por este Informe y desarrollado posteriormente por el Grupo Consultivo de Expertos sobre el Examen de la Estructura para la Consolidación de la Paz (Informe AGE, 2015) y el Grupo Independiente de Alto Nivel sobre las Operaciones de Paz de las Naciones Unidas (Informe HIPPO, 2015), se ha formulado la conclusión de que no hay una única solución para todos los casos de mantenimiento de la paz. El denominador común de los tres informes es que sostener la paz es un proceso endógeno que exige la participación determinada e inclusiva de las comunidades locales.
El Informe HIPPO —sus políticas y recomendaciones sobre la unión de fuerzas para la paz, las políticas, las asociaciones y las personas— es hoy el principal documento acerca de las Misiones de Mantenimiento de la Paz de la ONU. Reúne una serie de consideraciones importantes sobre el aporte del programa VNU a la paz, especialmente sobre el papel de los Voluntarios de la ONU en el “fortalecimiento del compromiso con los agentes nacionales y las comunidades a lo largo de los mandatos de la misión y el apoyo al desarrollo de capacidad nacional”. Recomienda que “el Secretariado [de la ONU] trabaje en estrecho contacto con el programa [VNU] para seguir integrando a los Voluntarios de la ONU en los esfuerzos de enlace con las comunidades de las misiones, incluso a través de una mayor implicación en los grupos ocupacionales, y en el desarrollo de las capacidades locales”. Y confirma una vez más el valioso papel de los Voluntarios de la ONU en el ámbito del mantenimiento de la paz.
Como parte de la realización de estos objetivos, el programa VNU movilizó Voluntarios de la ONU en 12 Misiones de Mantenimiento de la Paz de la ONU y a distintas misiones políticas en varias partes del mundo. Insertados en las comunidades locales, los Voluntarios de la ONU contribuyen a la creación, la consolidación y el mantenimiento de la paz, a la diplomacia preventiva y a la prevención y la resolución de conflictos. Intercambian experiencias con agentes locales e internacionales, fortalecen capacidades en el terreno y promueven la construcción de un entorno más estable y pacífico.
El sostén de la paz introduce un cambio en nuestra forma de pensar la paz o abordar un conflicto. Sea como proceso o como objetivo, construir una paz sostenible no es ni una tarea para forasteros ni un reto que las comunidades deban alcanzar por sí solas. Sobre la base del Informe HIPPO, la Oficina del Estado de Derecho y las Instituciones de Seguridad (OROLSI) está elaborando el borrador de un documento sobre el compromiso a nivel comunitario y la paz que será publicado en el verano de 2017 y que contendrá nuevas directrices y oportunidades para que los Voluntarios de la ONU asuman papeles más importantes en el sostén de la paz.
En casi medio siglo, miles de Voluntarios de la ONU han contribuido con éxito al desarrollo de infraestructuras nacionales para la paz. En este contexto, las aportaciones de estos hombres y mujeres que trabajan a nivel de las comunidades han sido juzgadas cruciales e indispensables porque los Voluntarios de la ONU ayudan a las comunidades a lograr una paz duradera.
Tal es el objetivo de las Naciones Unidas en el mundo. Y en el Día Internacional del Personal de Paz de las Naciones Unidas, los Voluntarios de la ONU están listos para seguir cumpliendo con esa promesa.
Artículo escrito por Caecilia Van Peski, Jefa de la Sección de Programación de la Paz del programa VNU.