Atrapados en un conflicto, parte de la población de Malí continúa huyendo de su país para buscar refugio en Mauritania. La pasada primavera, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) informó que, en ocho meses, más de 5.400 malienses habían cruzado la frontera buscando refugio en el campamento de Mbera en Mauritania, el cual ya alberga a más de 50.000 refugiados y solicitantes de asilo. Esta es la mayor afluencia de refugiados del norte de Malí desde 2013.
Helena Pes (Italia) es una Voluntaria de las Naciones Unidas internacional que presta servicio en el campamento de Mbera, Mauritania, con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). "La situación en el norte de Malí sigue siendo inestable y, en estas condiciones, la afluencia de refugiados es impredecible", explica. Desde 2012, varias poblaciones han huido del norte de Malí debido a los conflictos y el miedo a la opresión, y la mayoría de los más de 50.000 refugiados del campamento son tuaregs que conviven con refugiados árabes, fulanís y songhais.
Como Oficial de Información Pública para el campamento de refugiados del ACNUR, Helena está a cargo de las publicaciones y de las comunicaciones del ACNUR en Mauritania. Su papel es de suma importancia para el campamento y para concienciar sobre la labor del ACNUR, ya que su objetivo principal es dar a conocer la existencia de estos refugiados en Mauritania, víctimas colaterales del conflicto que se encuentran ahora en condiciones de vida difíciles. Helena realiza informes y publicaciones para aumentar la conciencia por la causa, y también habla en medios internacionales. Después de cinco años, la situación humanitaria sigue siendo preocupante. "La situación de Malí está entrando en su sexto año. Es una crisis prolongada, olvidada por los medios de comunicación y relegada por otras emergencias humanitarias, aunque es igualmente seria", afirma. "Muchas de las historias de los refugiados han dejado una huella en mí".
El conflicto ha tenido un impacto considerable en los ya muy limitados recursos de esta zona semiárida de Hodh el Charqui en donde se encuentran los refugiados. "Los pastizales también se ven afectados por esta situación", comenta Helena. "Los refugiados que han perdido su ganado debido a conflictos o sequías están abocados a una pobreza abyecta y generaciones enteras sufren de la falta de oportunidades". A pesar de los esfuerzos de las organizaciones humanitarias en el campamento, la educación, especialmente a nivel secundario, sigue siendo un problema y la mayor parte de la población del campamento es analfabeta.
Al involucrarme, fue sobre todo el puesto lo que me atrajo: la oportunidad de explorar nuevos horizontes y poder informar sobre una nueva situación. Al convertirme en Voluntaria de la ONU para el campamento del ACNUR en Mbera, estaba segura de que iba a encontrar historias interesantes y así poder poner mis habilidades en uso por una causa justa; todo para el beneficio de una población en el exilio."
Pese a la situación, gracias a su trabajo, Helena también ha realizado informes que muestran un aspecto positivo de la vida en el campamento, destacando la cultura que persevera. "Tuve la oportunidad, por ejemplo, de conocer a artistas que transmiten vitalidad al traer la cultura al campamento; realicé un informe y, desde entonces, se han puesto en marcha varias iniciativas con estos artistas, una de ellas siendo la más importante para el ACNUR: el Día Mundial del Refugiado en 2016 y 2017, pero también la participación en un importante festival de música en Mauritania, el festival de Ain Farba, asociado con el famoso Festival del Desierto de Malí, que desafortunadamente no ha podido tener lugar desde que empezó el conflicto en 2012".
"Estoy orgullosa de los resultados que hemos conseguido, (...) no siempre es fácil difundir mensajes positivos en una situación difícil, (...) y la falta de comprensión de la situación, especialmente para un país como Mauritania, que se percibe como un país peligroso o al que no se puede viajar. Por el contrario, he encontrado que hay mucha tolerancia en este país", concluye Helena.
Artículo traducido del inglés por la Voluntaria en línea ONU Ana Lainez.