En mayo de 2017, Catalin Bercaru (Rumania) se incorporó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Bangladesh como Voluntario de las Naciones Unidas internacional en el área de los medios y las comunicaciones. Desde septiembre de 2017, ha documentado la respuesta de emergencia de la OMS en el área de Cox's Bazar, en Bangladesh. Con el reciente éxodo de más de 600.000 personas de Myanmar. Catalin ha venido informando sobre el trabajo de los equipos de la OMS que brindan servicios básicos de salud a poblaciones vulnerables y apoyan a sus asociados sobre el terreno.
Como Voluntario de las Naciones Unidas internacional especializado en comunicación, Catalin fue una de las primeras personas enviadas a Cox's Bazar para documentar la respuesta de la OMS Bangladesh. “Antes de la escalada de la crisis, ya se habían establecido alianzas entre la OMS, el gobierno y otros asociados del sector sanitario. Debido a la afluencia masiva de personas procedentes de Myanmar, las estrategias tuvieron que adaptarse a esta situación crítica”, explica Catalin.
Algunos de los muchos desafíos que el personal médico debe abordar son la desnutrición, la falta de agua potable y saneamiento, el riesgo de enfermedades transmisibles y los problemas relacionados con la salud reproductiva. En septiembre pasado, la OMS coordinó una campaña de vacunación masiva contra el sarampión y la poliomielitis, vacunando a más de 150.000 niños. En octubre, esta campaña fue seguida de otra, de un mes, de vacunación masiva contra el cólera de 700.000 niños, complementada con acciones para mejorar las condiciones de higiene, saneamiento y acceso al agua, medidas esenciales para prevenir los brotes de esta enfermedad.
La situación sobre el terreno es muy difícil. Hay fuertes lluvias y mucho lodo. La gente vive en refugios improvisados. Aunque esto dista mucho de ser lo ideal, los recién llegados tienen al menos alguna forma de refugio y un cierto acceso a las necesidades básicas, como agua, alimentos y saneamiento”, afirma Catalin.
“Los equipos médicos de la OMS y otras organizaciones trabajan sin descanso día tras día, siete días a la semana”, añade. “Mi actividad consiste en destacar la importancia del arduo trabajo que realiza la OMS y también concienciar a la población sobre la vacunación, el saneamiento y otros aspectos relacionados con la sanidad que requieren un enfoque positivo por parte de la población.”
Campamento improvisado en Cox's Bazar, Bangladesh. (OMS, 2017)
Antes de desempeñarse como Voluntario de las Naciones Unidas con la OMS en Bangladesh, Catalin trabajó en Rumania en temas de migración y refugiados.
“Estaba familiarizado con la situación de los refugiados en Europa, pero la magnitud de esta crisis supera todo lo imaginable.”
A Europa llegaron hasta un millón de inmigrantes en un año y se distribuyeron por todo el continente. En Bangladesh, en sólo tres semanas llegaron medio millón de personas. Nadie puede estar preparado para eso, y sin embargo la respuesta de todas las partes interesadas fue extraordinaria.”
Personal de la OMS y población local cruzan un puente de bambú para acceder a áreas remotas en la zona de Cox's Bazar (OMS, 2017).
Cámara en mano, Catalin capta en detalle el trabajo de un equipo de la OMS que brinda apoyo médico, y los sentimientos encontrados de ansiedad, agotamiento y alivio en el rostro de las mujeres, hombres y niños que reciben atención.
Su propósito es también ayudar a la OMS a potenciar su capacidad de comunicación mediante la planificación de capacitaciones para el personal local. Es importante que la organización pueda divulgar su trabajo y los esfuerzos de su personal de la manera más efectiva posible.
Catalin, Voluntario de las Naciones Unidas, ha documentado la respuesta de emergencia de la OMS desde mayo de 2017 (OMS).
Este fragmento es parte de la campaña del Día Internacional de los Voluntarios 2017.