Ezat Ullah nació siendo refugiado y creció en Pakistán, donde sus padres solicitaron refugio tras abandonar Afganistán. Desde 2020, ha estado ayudando a la comunidad de refugiados como Oficial de Inclusión Social y Empoderamiento de los Grupos Jóvenes Voluntario nacional de las Naciones Unidas del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
La familia de Ezat Ullah es originaria de Koz Kunar, en la provincia de Nangarhar, al este de Afganistán. La familia huyó a la Provincia de la Frontera Noroccidental de Pakistán (actual Khyber Pakhtunkhwa) en la década de los ochenta, durante la guerra afgano-soviética. Sus siete hermanos (tres hermanas y cuatro hermanos) también nacieron y se criaron en Pakistán. En el campo de refugiados, Ezat y sus hermanos siguieron estudiando y, más tarde, Ezat hizo un máster en Relaciones Internacionales en la Universidad Bahria de Islamabad, la capital de Pakistán.
En octubre de 2020, se topó con una publicación en las redes sociales del PNUD de Pakistán en la que se animaba a la gente a hacer un voluntariado en el programa VNU. “Cuando vi la convocatoria para incorporarme al PNUD como Voluntario de las Naciones Unidas, se me dibujó una sonrisa en la cara al imaginar que podría ser ese afortunado, sobre todo porque ya tenía experiencia como voluntario”, afirma Ezat. Tras completar con éxito el proceso de selección del VNU, se convirtió en el primer refugiado afgano en trabajar como Oficial de Inclusión Social y Empoderamiento de los Grupos Jóvenes Voluntario nacional de las Naciones Unidas del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Al principio, Ezat empezó a trabajar en el proyecto Youth Innovative Challenge, destinado a mejorar la vida de las comunidades marginadas que viven en la frontera entre Afganistán y Pakistán. Y añade: “a través de esta iniciativa, educamos a los jóvenes refugiados marginados de entre 13 y 29 años sobre el abuso sexual de niños y el empoderamiento de la mujer, lo que promueve la inclusión social y ayuda a crear espacios para ellos dentro de la esfera pública”.
Ser Voluntario de las Naciones Unidas me ha dado la oportunidad de trabajar con compañeros refugiados y de influir en sus vidas. Siempre me siento honrado al ver que mi pequeña contribución aporta esperanza a los refugiados afganos que huyeron de su país buscando seguridad en Pakistán. --Ezat Ullah, Oficial de Inclusión Social y Empoderamiento de los Grupos Jóvenes Voluntario nacional de las Naciones Unidas del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)
Ezat también contribuyó a otros proyectos relacionados con la juventud, como Kamyab Jawan (Jóvenes con éxito) y Jawan Marakiz (Centros de movilización de la juventud). Estos proyectos reunieron a miles de jóvenes refugiados para crear redes, compartir experiencias únicas e interactuar con funcionarios y socios.
Como parte de su misión en calidad de Voluntario de las Naciones Unidas, Ezat se asegura de que se incluya a los grupos marginados –principalmente los jóvenes refugiados, así como los jóvenes en las cárceles, las universidades y las madrasas (escuelas religiosas)– en las actividades ofrecidas por el PNUD en Pakistán. Anima a los socios del proyecto a promover la inclusión de los jóvenes refugiados en sus programas.
Ezat explica: “también ofrecimos una semana de formación para jóvenes embajadores sobre adaptación climática, investigación empírica y recopilación de datos, defensa de la tolerancia y la convivencia, deportes, arte y cultura. Tras la formación, los participantes recibieron una pequeña beca que fue posible gracias a la colaboración con UNICEF Pakistán”.
Como joven refugiado afgano que vive y trabaja en Pakistán, Ezat Ullah ha trabajado constantemente para impulsar la protección y el progreso de los refugiados afganos que residen en el país. Todos sus esfuerzos giran en torno a su firme compromiso de mejorar la vida de las comunidades de refugiados al involucrarse en sus problemas. --Ammara Durrani, Representante Residente Adjunta, Jefa de la Unidad de Políticas de Desarrollo del PNUD en Pakistán