El programa VNU, junto con ONU Mujeres y el UNFPA, han diseñado un proyecto en el marco del Programa Conjunto Saqilaj B'e para alentar a las adolescentes indígenas a convertirse en líderes y adquirir las competencias que les permitan participar en la toma de aquellas decisiones que afectan sus vidas y sus derechos, y prevenir interrumpir prácticas comunes en las regiones de Huehuetenango y Totonicapán que son perjudiciales para las niñas y las adolescentes.
Tres Voluntarias ONU nacionales trabajan para empoderar a las adolescentes creando conciencia sobre los derechos de la mujer entre las propias adolescentes, sus familias y las autoridades locales y abordando cuestiones tales como los matrimonios precoces, la sexualidad y la violencia de género. Su trabajo contribuye al Programa Conjunto (PC) Saqilaj B’e ejecutado por ONU Mujeres, la OPS/WHO, la UNESCO, el UNFPA y el UNICEF, junto con el Gobierno de Guatemala.
El proyecto es especialmente importante puesto que Guatemala sigue siendo uno de los países con mayores índices de pobreza de América Latina y el Caribe: el 53,7 por ciento de la población vive en la pobreza y el 13,3 por ciento en la pobreza extrema. El 51,5 de los habitantes se reparte en las zonas rurales y todos los años hay más de 4.000 embarazos entre las niñas de 14 a 16 años. En 2013 murieron de muerte violenta 748 mujeres. El proyecto promueve el empoderamiento de las adolescentes indígenas, haciendo hincapié en prevenir los matrimonios precoces y la violencia de género.
Mayor conciencia sobre los derechos de la mujer
Tres Voluntarias de la ONU nacionales colaboran con ONU Mujeres y la ONG local Sociedad Civil para el Desarrollo de la Juventud en el desarrollo de planes estratégicos para el PC. Además de proporcionar apoyo en casos de abuso sexual y violencia contra las mujeres, crean conciencia acerca de los temas que afectan a las mujeres organizando la participación femenina a foros y eventos y coordinando talleres para mujeres y autoridades locales sobre temas relacionados con el empoderamiento femenino tales como legislación sobre los derechos de la mujer, matrimonios precoces y violencia de género.
Miriam Avila Villatoro es una Voluntaria ONU nacional que presta servicio con el UNFPA y la asociación Sociedad Civil para el Desarrollo de la Juventud. Participa en los talleres que se organizan en las comunidades indígenas para fortalecer la conciencia de los derechos humanos de las adolescentes y sus familias, y facilita el diálogo intergeneracional que apunta a compartir experiencias y a analizar qué medidas pueden tomarse para reducir la violencia contra las mujeres en las comunidades.
Hablar de sexualidad suele verse como un tabú en las comunidades indígenas. Entre otras cosas, en los talleres que organizamos las adolescentes adquieren confianza para hacer preguntas sobre distintos temas que las afectan e informarse mejor acerca de sus derechos.
Miriam Avila Villatoro
Desde el lanzamiento del proyecto en 2016, las Voluntarias de la ONU han organizado cuatro foros comunitarios con 200 participantes sobre prevención de la violencia, embarazos adolescentes y matrimonios infantiles; capacitado a 50 adolescentes y a sus familias sobre el Plan Nacional de Prevención de embarazos precoces; apoyado el desarrollo de dos redes para adolescentes; ofrecido 16 talleres sobre derechos humanos y salud reproductiva; y concienciado a funcionarios públicos, sobre todo jueces y policías, acerca de los embarazos adolescentes y las leyes pertinentes.
Pero por encima de todo, 70 mujeres, hombres y adolescentes desfilaron en la marcha “Acabemos con la Violencia contra la Mujer” que recorrió Huehuetenango y Totonicapán en 2016.
Construcción de capacidad local
No pocas mujeres y adolescentes han beneficiado de este proyecto de forma directa al recibir capacitación sobre derechos humanos o desarrollo de planes de vida. Estos grupos serán beneficiarios indirectos en la medida en que los jueces y los funcionarios de policía cuenten con mayores conocimientos. Al final se fortalecerán las instituciones gubernamentales y las mujeres tendrán mejor acceso a una mejor justicia.
Las Voluntarias ONU han trabajado en estrecho contacto con los socios locales para trazar planes estratégicos a largo plazo que sigan funcionando cuando sus asignaciones hayan terminado. Además, las tres han contribuido a crear alianzas con autoridades locales, miembros de las ONG y figuras claves de las comunidades que ayudarán a los socios locales a dar continuidad al proyecto.
La participación en las distintas actividades ha fortalecido la capacidad de los socios locales para defender sus derechos, fortalecer relaciones con la perspectiva de entablar acciones conjuntas y conocer mejor los derechos de la mujer y el estado de las cuestiones de género dentro de las comunidades.
En 2017, 29 Voluntarios ONU prestan servicio en Guatemala con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).