Maksuda Muhsinbaeva, coordinadora de voluntarios comunitarios VNU (en el centro) durante una sesión de formación de voluntarios organizada conjuntamente con la Media Luna Roja de Uzbekistán en Namangan (Uzbekistán). (PNUD Europa y Asia Central, 2013)

Fortalecer la acción comunitaria y el voluntariado

Maksuda Muhsinbaeva trabaja como coordinadora de voluntarios comunitarios VNU en Namangan. El proyecto del que forma parte Maksuda, Innovación social y voluntariado en Uzbekistán, pretende crear un entorno más favorable al voluntariado juvenil y al compromiso cívico. Es un trabajo satisfactorio aunque difícil. Además de representar el proyecto a nivel local, las responsabilidades de un coordinador de voluntarios comunitarios incluye otros muchos elementos, como por ejemplo, impartir formación a los dirigentes voluntarios y las organizaciones de la sociedad civil, facilitar las iniciativas locales de voluntariado, o cooperar con las administraciones y los interesados a nivel local para promover el desarrollo comunitario.

Maksuda Muhsinbaeva trabaja como coordinadora de voluntarios comunitarios VNU en Namangan, la ciudad más populosa del Valle de Fergana, en Uzbekistán oriental. Tiene experiencia en el ámbito de la psicología y ha trabajado durante diez años en la esfera del desarrollo comunitario en organizaciones locales e internacionales. Ahora Maksuda forma parte del grupo de Voluntarios de las Naciones Unidas que trabajan en Uzbekistán.

El proyecto del que forma parte Maksuda, Innovación social y voluntariado en Uzbekistán, está dirigido conjuntamente por el programa de Voluntarios de las Naciones Unidas (VNU) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Su misión consiste en crear un entorno más favorable al voluntariado juvenil y al compromiso cívico y promover el empleo de enfoques innovadores para hacer frente a los retos que se plantean a nivel comunitario.

El proyecto tiene su sede en la capital, Tashkent, y no tiene ninguna contraparte nacional, por lo que llevar los beneficios del proyecto fuera de la capital es todo un reto. Dado la considerable diferencia de oportunidades que existe entre la zona metropolitana de Tashkent, que registra un buen nivel de desarrollo, y las ciudades de provincias –por no mencionar las regiones más rurales–, es esencial que el proyecto llegue también a esas zonas.

Y aquí es donde intervienen los coordinadores de voluntarios comunitarios como Maksuda. Ellos contribuyen a que los beneficios de iniciativas como los programas de pequeños subsidios, los talleres de innovación social o los clubs de debates organizados por los jóvenes lleguen al resto del país.

Es un trabajo satisfactorio aunque difícil. Además de representar el proyecto a nivel local, las responsabilidades de un coordinador de voluntarios comunitarios incluye otros muchos elementos, como por ejemplo, impartir formación a los dirigentes voluntarios, las organizaciones de la sociedad civil y las autoridades locales sobre diversos aspectos de la acción comunitaria y el desarrollo; facilitar las iniciativas locales de voluntariado mediante una planificación participativa del desarrollo de las aldeas; o cooperar con las administraciones y los interesados a nivel local para promover el desarrollo comunitario y prestar apoyo a las iniciativas de voluntariado.

Maksuda disfruta con su trabajo y con la posibilidad de poder cambiar las cosas en el Valle de Fergana. “Los voluntarios son personas amables y compasivas en cualquier situación, que siempre se mantienen fieles a sí mismas y a los demás e irradian confianza y cordialidad. Es imposible no sentir un profundo respeto hacia ellos.”

Maksuda considera una cuestión prioritaria fortalecer la cultura del voluntariado en la región. Piensa que es importante agrupar a los voluntarios para que puedan compartir sus experiencias y apoyarse mutuamente, al mismo tiempo que se presentan sus logros a la población en general.

“Una gran parte de la población todavía no se da cuenta de la importancia que tiene la labor que realizan los voluntarios. Sin embargo, los voluntarios que trabajan en las organizaciones son vulnerables, ya que no existe una documentación específica que proteja sus derechos,” señala Maksuda.

“Si logramos proteger, educar y unir a los voluntarios y aumentar su número a largo plazo, realizaremos una contribución más valiosa al desarrollo del voluntariado y también al desarrollo de nuestra región a un nivel más general.”


Artículo traducido del inglés al español por la Voluntaria de las Naciones Unidas en línea Luisa Merchán, a través del servicio Voluntariado en Línea del programa VNU.

Tashkent, Uzbekistán