Aicha Bang’na, técnica agrícola, es una voluntaria togolesa que forma parte del Programa de Voluntariado Nacional en Togo y colabora con el Consejo Regional del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales en Kara en la implementación de actividades de reforestación. (Programa VNU, 2013)

El impacto de los jóvenes voluntarios en sus comunidades

Dos jóvenes voluntarios de Togo prestan asistencia a su comunidad en la región de Kara con el fin de asegurar y reforzar distintos servicios básicos. Se trata de dos voluntarios togoleses del Programa de Voluntariado Nacional en Togo (PROVONAT), implementado gracias al apoyo y el soporte técnico de los Voluntarios de las Naciones Unidas.

Dos jóvenes voluntarios de Togo prestan asistencia a su comunidad en la región de Kara con el fin de asegurar y reforzar distintos servicios básicos. Se trata de dos voluntarios togoleses del Programa de Voluntariado Nacional en Togo (PROVONAT), implementado gracias al apoyo y el soporte técnico de los Voluntarios de las Naciones Unidas.

De acuerdo con lo dispuesto en la nueva ley togolesa sobre el voluntariado, ambos jóvenes prestaron juramento y se comprometieron a realizar su labor con dedicación y profesionalidad, así como a promover acciones que propicien el desarrollo socioeconómico del país.

Aicha Bang’na, técnica agrícola, se dedica a recorrer los bosques del área de Bassar, situada en la región de Kara, en el centro de Togo, compartiendo sus conocimientos técnicos sobre explotación y conservación de los bosques con los guardabosques, a los que insta a tomar parte en la protección del parque natural de Djamdè. Aicha lleva un año desarrollando su labor como voluntaria en el Consejo Regional del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales en Kara.

Asimismo, ha introducido nuevas técnicas para la producción de plantas en los viveros. “Antes de que yo llegara, había un número limitado de personal y eso dificultaba la implementación de las actividades. La producción y distribución de plantas en la región ha aumentado gracias a mis conocimientos de las semillas y los semilleros. La producción pasó de 5 000 plantas en 2011 a 10 000 a finales de 2012. Hemos plantado semilleros en varias escuelas de la región de Bassar, Assoli, Binah, Keran, Dankpen y Kozah y hemos replantado varias zonas, entre las que se encuentra el embalse de Kozah”.

En la misma región, André Anade Anah, ingeniero informático, se encarga del mantenimiento de los equipos del Consejo Regional de Agricultura, Ganadería y Pesca en Kara. “El departamento de informática carecía de personal cualificado y se veía obligado a contratar los servicios de una empresa local que, a pesar de cobrar por el trabajo, no era nada profesional. Mi llegada facilitó las cosas, ya que me hice cargo de la instalación y el mantenimiento de más del 90% del equipo. Con el apoyo de los responsables, pudimos contratar gente y enseñar a más del 30% del personal a utilizar un ordenador. Gracias a esto, el Consejo pudo volver a hacerse cargo de ciertas actividades, en especial de la gestión de las bases de datos y el procesamiento de la información, e incrementó su productividad”.

Desde la implementación del Programa de Voluntariado Nacional, se han destinado sobre el terreno unos 2 800 voluntarios, en su mayoría jóvenes, con el fin de provocar un impacto duradero en el desarrollo de las comunidades.
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Artículo traducido del inglés al español por la Voluntaria de las Naciones Unidas en línea Beatriz Vega Lopez, a través del servicio Voluntariado en Línea del programa VNU.

Kara, Togo