Los Voluntarios de las Naciones Unidas trabajan sin descanso desde que se produjo el tsunami en el Océano Índico en 2004 para proporcionar nuevas formas de hacer frente a los desastres naturales. Su trabajo ha dado como resultado nuevas políticas, una mayor concienciación y una mejora de las estructuras de apoyo a los países afectados.
El programa de Voluntarios de las Naciones Unidas (VNU) ha estado apoyando la aplicación del Plan de Acción de las Naciones Unidas sobre la Reducción del Riesgo de Desastres para la resiliencia del sur y el este de Asia desde 2014. Al comprender el peligro que los desastres suponen para los países afectados por el terremoto de 2004, el programa VNU se asoció con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR) y la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) en el proyecto Apoyo para mejorar la capacidad del Plan de Acción de las Naciones Unidas sobre la Reducción del Riesgo de Desastres para la Resiliencia del Sur y el Este de Asia y el Pacífico.
Este proyecto tiene como objetivo continuar la reducción del riesgo de desastres (RRD) mediante el suministro de apoyo al voluntariado en India, Indonesia, Malasia, Maldivas, Myanmar, Sri Lanka y Tailandia.
Al asociarse con la Dirección de Prevención de Crisis y de Recuperación (BCPR) y la UNISDR, el programa VNU pudo enviar un Voluntario de la ONU internacional especialista, y en algunos casos un nacional, a cada país donde se ejecuta el programa. Un total de 12 Voluntarios de la ONU especialistas están proporcionando conocimientos técnicos y de coordinación al proyecto. Estos Voluntarios de las Naciones Unidas emplean sus conocimientos especializados en la reducción del riesgo de desastres para facilitar iniciativas políticas de desarrollo y actividades de concienciación.
Estos Voluntarios de las Naciones Unidas han trabajado de cerca con las instituciones, los gobiernos y los asociados locales, han ayudado a desarrollar estrategias que abordan el riesgo de desastres en los países afectados y han prestado también su conocimiento para elaborar estrategias de desarrollo sostenible. El proyecto también promovió el voluntariado como estrategia viable para socorrer a las personas en casos de desastre, brindó orientación sobre la evaluación del riesgo de desastres y garantizó que la prevención de riesgos fuera una prioridad en el marco post-2015.
Las acciones nacionales hacen que el voluntariado sea un componente clave en la reducción del riesgo de desastres
Tras las inundaciones que se produjeron en Myanmar en agosto de 2015, se presentó ante el Ministerio de Bienestar Social, Socorro y Reasentamiento, durante el Foro sobre mozones de Myanmar, un informe sobre las encuestas y lecciones aprendidas a raíz del desastre. El informe reconocía que los “voluntarios desempeñan un papel clave en la difusión de alertas”. Son una parte integrante del proceso que garantiza que las personas sean alertadas de los desastres inminentes.
En Malasia se ha creado un modelo, en colaboración con la Sociedad de la Media Luna Roja de Malasia, que podría ayudar a coordinar 14 ONG asociadas en el caso de que se produzca un desastre. El programa VNU también ha contactado con la Fundación de Estudiantes de la Universidad de Malasia para una posible colaboración futura que continúe desarrollando este modelo.
En Sri Lanka, el programa VNU ayudó a incorporar el voluntariado en el Borrador del Plan de Acción Nacional para implementar el Marco de Sendai, que ayuda directamente a hacer frente a los desastres.
Mientras tanto, un Voluntario de las Naciones Unidas está llevando a cabo un estudio en Tailandia sobre el Voluntariado en la Gestión de Desastres, con el objetivo de proporcionar una lista de recomendaciones para fomentar el rol del voluntariado en la reducción del riesgo de desastres.
El programa ha hecho algo más que ayudar a impulsar políticas y gestión: los Voluntarios de las Naciones Unidas han trabajado sobre el terreno con muchas personas, y han formado voluntarios locales para que presten asistencia a las comunidades locales y estas puedan hacer frente a sus propios riesgos y vulnerabilidades. Solo en 2016, los Voluntarios de las Naciones Unidas colaboraron con más de 60 iniciativas y consultas para la reducción del riesgo de desastres, y potenciaron las habilidades de más de 7.255 hombres y mujeres.
Artículo traducido del inglés por el Voluntario en línea de la ONU Álvaro San José.