Rehana Bashir Butt (el Pakistán) prestó servicio como Voluntaria de las Naciones Unidas Oficial Adjunta de Suministros para la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Dadaab, Kenya, desde 2018. Tiene un Máster en Administración de Empresas y trabajó con varias organizaciones humanitarias antes de incorporarse al ACNUR en la función de cadena de suministro. En su puesto, se encargaba de la gestión de compras, almacenamiento, flotas y activos. Este año, Rehana concluyó su misión con el ACNUR. Con motivo del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, explicó por qué el voluntariado es esencial para la labor humanitaria.
Me uní al ACNUR en Kenya como Voluntaria de las Naciones Unidas en junio de 2018 y acabo de concluir mi misión como voluntaria. Durante este periodo, he trabajado estrechamente con mis colegas del ACNUR en Kenya en la promoción de ciudades y comunidades sostenibles. Nuestro objetivo ha sido ayudar y proteger a los refugiados, las comunidades desplazadas por la fuerza y los apátridas.
Desde muy joven, siempre quise ser voluntaria al servicio de la humanidad en las Naciones Unidas por sus valores universales de neutralidad, imparcialidad, igualdad, justicia y transparencia. Rehana Bashir, antigua Voluntaria de las Naciones Unidas Oficial Adjunta de Suministros, ACNUR Kenya
En la actualidad, el campo de Dadaab alberga a más de 230.000 personas de interés que necesitan la ayuda y el apoyo del ACNUR y de otros actores del sector humanitario. Mi trabajo diario consistía en coordinar, gestionar y apoyar todas las actividades relacionadas con las funciones de la cadena de suministro en las operaciones del ACNUR, incluidas la planificación, el aprovisionamiento, el almacenamiento y la gestión de activos y flotas en la operación. En Dadaab, al ser un lugar de destino remoto y duro, fue muy difícil conseguir a tiempo los bienes y servicios necesarios para llevar a cabo la operación.
Para gestionar eficazmente las operaciones de suministro, aseguré medidas eficaces de control logístico de la cadena de suministro, como el control óptimo de las existencias, almacenamiento suficiente y una gestión eficaz del tiempo.
Junto con mis colegas, aplicamos medidas de control que situaban a las personas de interés en el centro de nuestras operaciones, garantizando que no sufrieran escasez de alimentos ni de otros artículos y servicios no alimentarios.
También velamos por el buen mantenimiento de las infraestructuras sanitarias y educativas de los campos de refugiados. Además, gracias a la acción afirmativa del ACNUR en Kenya, adquirimos varios bienes y servicios en los mercados locales, apoyando así a los proveedores locales y contribuyendo a mejorar su situación socioeconómica.
Trabajar en contextos humanitarios como Dadaab fue abrumador, pero bastante gratificante. Recuerdo que cuando se produjo la pandemia de COVID-19 y los refugiados de los campos necesitaban centros de aislamiento, la unidad de suministros del ACNUR tomó la iniciativa de organizar y establecer en pocos días dos centros de aislamiento equipados con todas las instalaciones. Los refugiados quedaron muy impresionados al ver que los centros prestaban servicios en tan poco tiempo y agradecieron los incansables esfuerzos realizados.
A pesar de los retos que supone trabajar en el contexto humanitario, algo que siempre me reconfortó fue la satisfacción que produce estar al lado de los refugiados en sus momentos más vulnerables. De mi experiencia como voluntaria aprendí que cada acción cuenta y que cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de contribuir a cambiar positivamente la vida de las personas vulnerables y necesitadas.
Para mí, el voluntariado es una forma de vida: un servicio a las comunidades que nos rodean y a nosotros mismos. Da sentido a mi existencia, incluso cuando echo una mano a la gente necesitada. Rehana Bashir
Me alegro de que, al concluir mi misión, mi supervisor y el personal de alta dirección de la oficina sobre el terreno del ACNUR en Dadaab hayan apreciado mi trabajo y me hayan señalado como una profesional trabajadora y apasionada. Mi mensaje a todos con motivo del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria de este año es que el mundo es una aldea y que, por tanto, #SeNecesitaUnaAldea para ayudar a alguien en una crisis humanitaria.
Hoy, alguien lejano podría estar atrapado en una crisis humanitaria, mañana podría ser alguien más cercano. Sigamos siendo voluntarios siempre que podamos para construir mejores comunidades y apoyar a las personas necesitadas. Rehana Bashir