Para que en el futuro exista bienestar humano, debemos mantener el equilibrio con el medio ambiente. Considero que todos podemos llevar a cabo acciones que permitan conservar a nuestra Madre Tierra. Como dijo Teresa de Calcuta: "Todo lo que hacemos es una gota en el océano, pero si no lo hacemos, esta gota siempre faltará." Sin lugar a dudas, ser Voluntario de las Naciones Unidas es una experiencia que ha marcado positivamente mi vida, ya que me ha permitido contribuir a la conservación de la fauna silvestre en la Amazonía Ecuatoriana, enriqueciéndome a la vez, de manera espiritual y profesional.
Quito, Ecuador: Para que en el futuro exista bienestar humano, debemos mantener el equilibrio con el medio ambiente. Considero que todos podemos llevar a cabo acciones que permitan conservar a nuestra Madre Tierra. Como dijo Teresa de Calcuta: "Todo lo que hacemos es una gota en el océano, pero si no lo hacemos, esta gota siempre faltará". Sin lugar a dudas, ser Voluntario de las Naciones Unidas es una experiencia que ha marcado positivamente mi vida, ya que me ha permitido contribuir a la conservación de la fauna silvestre en la Amazonía Ecuatoriana, enriqueciéndome a la vez, de manera espiritual y profesional.
Participé en el monitoreo biológico de nueve especies amenazadas ubicadas en el Corredor Cuyabeno-Yasuní, con el fin de evaluar su estado de conservación, amenazas y tendencias a través del tiempo. Mediante la colocación de cámaras trampa y recorridos en el bosque, comprobé la presencia de varios animales silvestres en áreas cercanas a asentamientos humanos. Adicionalmente, debido a mi formación, pude observar el manejo zootécnico-sanitario de especies domésticas en varias comunidades asentadas en la rivera del Río Napo. Estas actividades me permitieron evidenciar que puede existir convivencia entre los seres humanos, los animales domésticos, silvestres y el medio ambiente.
Durante las expediciones de campo, tuve la fortuna de conocer personas extraordinarias, sin los cuales no hubiese sido posible realizar el monitoreo biológico. El personal de guardaparques del Ministerio del Ambiente me sorprendió gratamente, ya que su compromiso por el trabajo y calidad humana permitieron concluir las jornadas de manera exitosa y amena. De igual forma, la apertura y apoyo de los dirigentes y miembros de las diferentes comunidades fueron la motivación diaria para las largas caminatas en el bosque. El convivir con gente que valora su entorno y brinda su ayuda de manera desinteresada fue sin duda la mayor lección aprendida durante mi asignación como voluntario.
Las jornadas fueron agotadoras pero reconfortantes. La preparación del equipo y el material de campo, la ubicación de las áreas de monitoreo en mapas, los viajes en canoa hacia los sitios elegidos y la socialización del proyecto, ocuparon gran parte de la mañana. Una vez cerca de los cuadrantes de muestreo, se procedió a los recorridos en el bosque en busca de huellas, madrigueras o algún tipo de evidencia de presencia animal. Al ingresar al cuadrante, se seleccionó el mejor sitio para la colocación de la cámara trampa, mientras se continuaba el rastreo de huellas. Finalmente, una vez registrada la información recolectada en los formularios, se regresó al sitio base a horas de la tarde. Todo el trabajo fue recompensado al observar la presencia de alguna especie de las nueve en estudio.
Haber formado parte del grupo de Voluntarios de las Naciones Unidas de Ecuador es algo que me llena de orgullo, ya que me permitió aportar a la conservación de especies silvestres amenazadas en Ecuador, así como conocer personas y lugares inolvidables.
Biografía: Patricio David Carrera Játiva es Joven Voluntario ONU nacional Técnico Socio-ambiental en el Ministerio del Ambiente de Ecuador, apoyado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en el Ecuador. Es médico veterinario ecuatoriano con un gran interés en la promoción de la salud de los ecosistemas y en la conservación de la vida silvestre, teniendo experiencia en monitoreo de aves marinas en las Islas Galápagos.