Durante una misión de monitorización sobre el terreno como Voluntaria de la ONU Oficial adjunta de proyectos con ONU Mujeres en Tayikistán, llegué a conocer a las propietarias de dos lecherías que, independientemente una de la otra, se me acercaron con la idea de producir un queso curado como producto lácteo más duradero.
Durante una misión de monitorización sobre el terreno como Voluntaria de la ONU Oficial adjunta de proyectos con ONU Mujeres en Tayikistán, llegué a conocer a las propietarias de dos lecherías que, independientemente una de la otra, se me acercaron con la idea de producir un queso curado como producto lácteo más duradero.
Tayikistán es un país que depende mucho de la migración laboral. Uno de cada ocho millones de tayikos trabaja en el extranjero. El predominio de hombres entre los emigrantes tiene como resultado un gran número de mujeres como cabezas de familia. La mayoría de la población vive de la agricultura de subsistencia.
Un análisis del mercado de productos lácteos en Tayikistán mostró que, aunque el queso se vende en casi todas las tiendas y supermercados, muchos quesos son importados. Los hogares particulares poseen el 96 por ciento de las vacas, pero la leche es procesada por mujeres en una variedad de lácteos utilizados principalmente para su propio consumo.
Continué mi investigación en este mercado, y expertos locales confirmaron el potencial económico de crear una producción local de queso de gran calidad.
Decidí plantear la idea a fabricantes de queso en Suiza, principalmente a aquellos que lo producen en los Alpes durante el verano, en unas condiciones que son muy similares a las que existen en el montañoso país de Tayikistán.
Los fabricantes suizos de queso con los que contacté mostraron un gran interés en transferir su conocimiento sobre la tecnología de elaboración de quesos. También mostraron interés en familiarizarse con la tradicional transformación de la leche en un país del que apenas habían oído hablar.
Así es como tuve la idea de empezar la iniciativa “Intercambio de queso” entre grupos de fabricantes de queso de ambos países.
En el marco del proyecto de ONU Mujeres “El empoderamiento de mujeres abandonadas provenientes de familias migrantes en Tayikistán”, y en colaboración con la Asociación Suiza de Mujeres Granjeras (SBLV, por sus siglas en alemán), ayudé a organizar diez viajes de estudio a Tayikistán entre diciembre de 2015 y noviembre de 2016, así como a Suiza en febrero de 2016.
Como resultado, los tayikos ahora producen y venden su propio queso y los suizos se inspiran en los conocimientos sobre los productos lácteos que antes desconocían, como kurut, chakka y kaimok.
Se ha establecido una amplia red de asociados como parte de esta iniciativa, y la cooperación continua: junto con un amigo, he fundado la ONG Tranpshères, a través de la cual continuamos con el “Intercambio de queso” como nuestro primer proyecto, y tenemos previsto desarrollar otros innovadores proyectos de intercambio de conocimientos en el futuro.
La iniciativa de “Intercambio de queso” empoderó a diez mujeres en dos lecherías de Tayikistán regentadas por mujeres para producir y vender sus propios quesos, tanto curados como tiernos, beneficiándolas directamente, así como a sus familias y a sus pueblos.
Artículo traducido del inglés por la Voluntaria en línea de la ONU Lucía González Pérez.