Mi experiencia como Voluntaria de las Naciones Unidas nació principalmente de mi motivación por ayudar al país luego de que un terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter que afectó a seis provincias de la costa ecuatoriana, principalmente a Manabí y Esmeraldas, el 16 de abril de 2016. El voluntariado es para mí una oportunidad de servir a los demás, de poner a disposición mis conocimientos y habilidades en el campo social.
Manta, Ecuador: Mi experiencia como Voluntaria de las Naciones Unidas nació principalmente de mi motivación por ayudar al país luego de que un terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter que afectó a seis provincias de la costa ecuatoriana, principalmente a Manabí y Esmeraldas, el 16 de abril de 2016.
El voluntariado es para mí una oportunidad de servir a los demás, de poner a disposición mis conocimientos y habilidades en el campo social. Gracias al programa de Voluntarios de las Naciones Unidas (VNU) y a la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) he tenido la oportunidad de entrar en un mundo que siempre me apasionó y del cual ansiaba formar parte: el mundo de la ayuda humanitaria.
Como Voluntaria ONU Oficial de Manejo de Información con OCHA en Manta/Portoviejo, he tenido que trabajar con otras agencias de las Naciones Unidas, Gobierno y organizaciones no gubernamentales en el terreno para coordinar la respuesta humanitaria. Diariamente he tenido que viajar a Portoviejo para atender las sesiones del Comité de Operaciones de Emergencia, hacer presentaciones de los avances a nivel nacional y local del Equipo Humanitario, crear relaciones de cooperación con asociados que trabajan sobre el terreno, y producir informes y productos con ayuda del centro de coordinación en Quito.
Ha sido una experiencia muy valiosa porque he comprendido que la coordinación salva vidas. Una respuesta organizada es vital para analizar las prioridades de atención de la población y para determinar hacia donde debe ser canalizada la ayuda.
El principal aporte de mi labor, junto con el equipo de OCHA, ha sido el de crear espacios mediante los cuales los actores gubernamentales, las agencias de la ONU y las ONG han podido encontrar temas de interés mutuo y consensos que posteriormente se han materializado en acciones específicas para responder a las necesidades de la población damnificada.
Ser Voluntaria de las Naciones Unidas con OCHA ha sido una experiencia única, ya que he tenido la oportunidad de poner a prueba mis estudios de Relaciones Internacionales y Desarrollo, así como mi habilidad de adaptarme al trabajo en el contexto de una emergencia. También me ha permitido conocer mejor el funcionamiento de las agencias de las Naciones Unidas y su rol en los contextos de emergencia.
He formado parte de un equipo de trabajo que ha apoyado en cada momento mi voluntariado, me ha ayudado a aprender y me ha motivado a dar lo mejor de mí.
El trabajo de emergencia en una zona impactada por un terremoto conlleva adaptarse a réplicas y a sustos inesperados, pero a pesar de ello ha sido una experiencia que ha reafirmado mi compromiso a seguir buscando oportunidades en el mundo humanitario.