“Como Voluntario de las Naciones Unidas, estoy orgulloso de haber contribuido a mejorar la calidad de los proyectos del PMA e, indirectamente, a aliviar del peso cotidiano de la incertidumbre a las personas refugiadas.” Thomas Debrouwer (izquierda), Voluntario de las Naciones Unidas internacional con el PMA en Ecuador. (Programa VNU, 2013)

Pensar primero en los demás

Como Voluntario de las Naciones Unidas, estoy orgulloso de haber contribuido a mejorar la calidad de los proyectos del PMA e, indirectamente, a aliviar del peso cotidiano de la incertidumbre a las personas refugiadas. A pesar de que mi trabajo era principalmente de oficina, he utilizado mi experiencia previa como voluntario para pensar siempre en los beneficiarios primero, antes de cualquier consideración técnica o financiera.

Quito, Ecuador: Durante un año como Voluntario de las Naciones Unidades, he tenido la oportunidad de trabajar como monitor de proyectos en el Programa Mundial de Alimentos (PMA). El PMA en Ecuador se encarga de promover una alimentación sana y equilibrada, así como de mejorar la seguridad alimentaria de la población más vulnerable. Los proyectos están enfocados en el apoyo a la población colombiana refugiada que recién ha llegado al país. De igual manera los proyectos del PMA tienen, como uno de sus enfoques principales, promover un papel activo de la mujer como jefa del hogar.
 
Al inicio se me encargó la tarea de replantear el sistema actual de control de los proyectos y de desarrollar herramientas para mejorar el seguimiento que se hace de los asociados y beneficiarios: encuestas, indicadores, informes, lecciones aprendidas, historias de vida y, sobre de todo, un sistema de monitoreo en línea que permita recoger, tratar y difundir la información pertinente.

La parte más interesante de mi experiencia como Voluntario de la ONU fueron las visitas de campo que realicé en las provincias de la frontera norte entre Ecuador y Colombia, donde hay mayor presencia de población refugiada. Esta población tuvo que huir de sus tierras de un día para otro y, al llegar al Ecuador, debe esperar en condiciones difíciles la obtención del estatuto de refugiado.

Durante las visitas, he tenido la oportunidad de participar en varias actividades con los beneficiarios de nuestros proyectos y de poner en práctica las herramientas de monitoreo desarrolladas desde Quito. He hablado largamente con los beneficiarios sobre la utilidad de nuestra intervención, sobre nuestras fuerzas y debilidades, sobre la manera de corregir los errores y mejorar los proyectos.

Me sorprendió descubrir el interés que tienen los beneficiarios por las capacitaciones y la motivación por reproducir en su hogar las recetas y consejos recibidos. Si bien la nutrición no siempre es considerada como una prioridad por las poblaciones que viven en la pobreza y en condiciones de inseguridad, existe un verdadero interés de aprender sobre este tema y de mejorar su modo de vida, con una atención especial en la educación de los niños.

Como Voluntario de las Naciones Unidas, estoy orgulloso de haber contribuido a mejorar la calidad de los proyectos del PMA e, indirectamente, a aliviar del peso cotidiano de la incertidumbre a las personas refugiadas. A pesar de que mi trabajo era principalmente de oficina, he utilizado mi experiencia previa como voluntario para pensar siempre en los beneficiarios primero, antes de cualquier consideración técnica o financiera.

Espero haber contribuido, aunque sea de manera muy modesta, a mejorar el nivel de vida de las personas que más lo necesitan.