Ser Voluntaria de las Naciones Unidas en Sudán del Sur me ha vuelto más humilde. Ha hecho que me dé cuenta de los muchos desafíos que las personas afrontan a diario en otras partes del mundo. Asimismo, me ha vuelto más fuerte: si pude sobrevivir aquí por más de dos años, y ser feliz, creo que puedo sobrevivir en cualquier otro lugar.
Mi labor consistió en asesorar y coordinar misiones de determinación de los hechos, en colaboración con las partes pertinentes de la UNMISS y el Equipo de las Naciones Unidas en el País, con el objetivo de asegurar la correcta documentación de las violaciones de los derechos humanos, que las intervenciones fueran apropiadas y oportunas, y que demás estrategias para la protección de los civiles se llevaran a cabo. Entre estas se encuentran el rescate y la remisión de supervivientes de casos de violencia sexual relacionada con los conflictos para brindarles asistencia médica y psicológica, y de esta manera abordar de forma apropiada un problema extremadamente complejo y sensible.
Los resultados de las misiones que dirigí en la región este de Rumbek fueron incluidos en el Informe de 2014 de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) en Sudán del Sur, así como en el informe del Secretario General sobre la violencia sexual relacionada con los conflictos, como parte del cumplimiento del mandato de la UNMISS para la divulgación pública de los derechos humanos.
Dichas contribuciones a los informes de las Naciones Unidas dieron visibilidad al conflicto intercomunitario y al problema emergente de la violencia sexual relacionada con los conflictos, y sensibilizaron sobre este y otros tipos de violencia que pueden surgir en un conflicto intercomunitario, afectando a mujeres y niñas, y que antes no habían sido documentados en esta parte de Sudán del Sur.
En diciembre de 2013, cuando en Sudán del Sur estalló una crisis política y de seguridad, algunos miembros de minorías étnicas se acercaron a las instalaciones de la ONU en Rumbek buscando protección y refugio. El mandato de la UNMISS establece que se deben crear las condiciones necesarias para proveer asistencia humanitaria, por lo que, dada la situación impredecible en cuanto a seguridad que reinaba en Rumbek, las personas que se acercaron buscando refugio fueron acogidas en el recinto de la ONU. Desafortunadamente, la UNMISS no contaba con suficiente comida como para alimentarlas a todas.
Fue así que junto con mis colegas de la División de Derechos Humanos tomamos la iniciativa de visitar dos o tres restaurantes locales para buscar apoyo. El dueño de uno de ellos decidió donar alimentos a los desplazados internos que se encontraban en nuestro recinto. Fue una gran satisfacción poder transmitir la buena noticia a las personas desplazadas.
Entre los desplazados internos había un grupo de estudiantes. Se quedaron con nosotros durante casi un año y, cuando se fueron, temimos que se unieran a los enfrentamientos. El pasado octubre, durante la conmemoración del Día de las Naciones Unidas en la Universidad de Rumbek, me encontré con uno de los estudiantes que se había hospedado en el recinto de la ONU. Me dijo que se acababa de graduar, tal como lo habían hecho muchos de los otros estudiantes. Ninguno de ellos se había unido a los enfrentamientos. Fue extremadamente conmovedor saber que siguieron estudiando a pesar de las circunstancias, y me sentí orgullosa de haber tenido la posibilidad de ayudarlos de alguna manera.
Ser Voluntaria de las Naciones Unidas en Sudán del Sur me ha vuelto más humilde. Ha hecho que me dé cuenta de los muchos desafíos que las personas afrontan a diario en otras partes del mundo. Asimismo, me ha vuelto más fuerte: si pude sobrevivir aquí por más de dos años, y ser feliz, creo que puedo sobrevivir en cualquier otro lugar.
Biografía: Francesca Tronco García (México) es una abogada especializada en derechos humanos internacionales, enfocada especialmente en la incorporación de la perspectiva de género y la igualdad de la mujer. Cuenta con 14 años de experiencia profesional en distintos campos, entre ellos dentro del Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz de las Naciones Unidas (DOMP) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH). Posee un título de grado en Derecho y una maestría en Derecho Internacional de los Derechos Humanos.