Davide Valenti (izquierda) durante una sesión de trabajo en equipo en la oficina de la FAO Bolivia. (Programa VNU)

Trabajar por la sostenibilidad medioambiental

Me iré de aquí sumamente enriquecido, con una visión más amplia de las realidades que me rodean y del mundo en el que vivo. Por todo ello tengo que agradecer al programa de Voluntarios de las Naciones Unidas esta inolvidable experiencia y esta grandiosa oportunidad que me ha brindado para crecer y desarrollar habilidades y conocimientos, que me servirán durante todo mi camino laboral y también de vida.

La Paz, Bolivia: Una vez finalizados mis estudios con un Máster en Ecología Aplicada, decidí buscar un trabajo para ahorrar un poco de dinero y realizar mi sueño de viajar por Sur América. Este viaje me enseñó mucho y tuve la oportunidad de conocer diferentes culturas y estilos de vida, pero también de darme cuenta de la existencia de realidades de extrema pobreza y de grandes problemas ambientales.

De vuelta en mi país, empezó a surgir en mí la idea de intentar ser útil y hacer algo, por pequeño que fuera, para ayudar en el proceso de desarrollo humano sostenible que algunos países en la región han emprendido.

Fue entonces cuando encontré por primera vez la página web del programa de Voluntarios de las Naciones Unidas (VNU), donde aprendí que el programa VNU es la organización de la ONU que promueve el voluntariado para favorecer la paz y el desarrollo en todo el mundo. Leí algunas de las historias de los voluntarios y me pareció que podría ser una experiencia muy adecuada para la fase que estaba viviendo en ese momento.

Ser Voluntario de las Naciones Unidas me permitiría al mismo tiempo poner mis conocimientos académicos y profesionales al servicio de una organización que promueve el desarrollo sostenible y aumentar también mi experiencia laboral, representando una importante ocasión de crecimiento profesional y humano. 

Fue así como postulé al programa y, superadas varias entrevistas y pruebas, me encontré, después de un curso de capacitación, volando hacia mi ciudad de destino: La Paz, Bolivia. Este era solo el comienzo de una aventura que habría de ocupar el siguiente año de mi vida.

Desde el pasado mes de febrero de 2010, como pasante VNU, formo parte de la Unidad de Programas de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en Bolivia, ocupándome de los programas y proyectos relacionados con los recursos naturales.

La FAO me ofreció la oportunidad de trabajar en una amplia gama de temáticas que incluyen el manejo de recursos genéticos, la biodiversidad de los alimentos, los proyectos de manejo sostenible de recursos forestales, las plantaciones forestales, la mitigación del cambio climático a través de la reducción de las emisiones de dióxido de carbono debidas a la deforestación y a la degradación forestal, el manejo de plaguicidas obsoletos y la gestión de los plaguicidas en el país, entre otros.

Actualmente me quedan solo unas semanas de trabajo aquí en Bolivia, así que ha llegado la hora de mirar hacia atrás intentando hacer una evaluación de mi estadía y de mis experiencias en el país.

Para mí ha sido un gran desafío, al principio debido a la enorme cantidad de informaciones que he tenido que interiorizar. En esta tarea ha sido de suma importancia el soporte incondicional que he recibido por parte de mis colegas, que me han hecho sentir como en familia desde el  instante de mi llegada y me han apoyado en todo lo que han podido para que me sintiera a gusto con el día a día de mi trabajo.

Tengo que destacar la gran conciencia que tiene la Oficina que me acogió respecto al trabajo de los Voluntarios de las Naciones Unidas, ya que lo consideran un papel muy importante y nuestro trabajo es extremadamente reconocido y valorado.

Esta experiencia me ha permitido aprender mucho sobre mí mismo, sobre el trabajo de los Voluntarios de las Naciones Unidas y el valor e importancia que tienen para el desarrollo humano, sobre el sistema de las Naciones Unidas y el funcionamiento de los gobiernos, y sobre el maravilloso país, Bolivia, para el que he tenido la suerte de trabajar, con todas sus contradicciones, sus culturas, sus ecosistemas, sus tradiciones, sus conflictos, sus desafíos, sus injusticias, sus historias, sus emociones, sus grandezas, sus colores, sus olores y sus paisajes.

Me iré de aquí sumamente enriquecido, con una visión más amplia de las realidades que me rodean y del mundo en el que vivo. Por todo ello tengo que agradecer al programa de Voluntarios de las Naciones Unidas esta inolvidable experiencia y esta grandiosa oportunidad que me ha brindado para crecer y desarrollar habilidades y conocimientos, que me servirán durante todo mi camino laboral y también de vida.