Oscar ha estado colaborando como voluntario en Filipinas desde que el tifón Haiyan arrasó el país en 2013, destruyendo más de 1,1 millones de hogares y causando la muerte de más de 6.000 personas. En 2016, Oscar se unió a la ONG All Hands Volunteers para seguir ayudando a las personas más vulnerables de su comunidad.
Justo al otro lado del puente de San Juanico de Leyte vive un hombre llamado Oscar, un residente local de Samar, la primera isla en ser afectada por el tifón Haiyan en noviembre de 2013. Pese a las duras condiciones que provocó y al caos que le rodeaba, Oscar se mantuvo optimista y decidió hallar la forma de servir a su comunidad.
Tras trabajar con la ONG All Hands Volunteers en varios proyectos, el voluntario se unió al Programa Streetlight como carpintero en Hernani, una ciudad en la costa sureste de la isla de Samar. Inició una asociación con la ONG noruega Streetlight. Este Programa de Reducción de Riesgos en Desastres está ayudando a reubicar a personas vulnerables a zonas más seguras. Como carpintero, Oscar ha estado colaborando en la construcción de una clínica local, una oficina y un centro de estudios.
Todas las mañanas, Oscar va en bicicleta a trabajar y entusiasmado, hace todo lo posible para asegurarse de que el equipo tiene lo que necesita para trabajar. Él y su yerno cepillan grandes piezas de madera necesarias para la reconstrucción, e incluso traen a veces guayabas y papayas de su jardín para los voluntarios.
El hijo de Oscar, Gerald, también decidió seguir los pasos de su padre. Tras graduarse en una escuela culinaria, se unió a All Hands Volunteers, pero esta vez en Nepal, donde todavía se necesita mucha ayuda.
Como Oscar dice, “Esta es la vida con la que siempre he soñado para mi hijo.”
Este artículo fue originalmente publicado el 27 April del 2016.
Este fragmento es parte de la campaña del Día Internacional de los Voluntarios 2017.
Artículo traducido del inglés por la Voluntaria en línea de la ONU Marta Palacio.