El voluntariado ha sido un factor clave del movimiento mundial por el medio ambiente, movilizando a comunidades de todo el mundo para ayudarlas a responder, a resistir y a recuperarse de situaciones medioambientales adversas. Cuando se facilita, el voluntariado puede ayudar a las comunidades a usar sus propios recursos para mantener estructuras fundamentales bajo fenómenos meteorológicos extremos o condiciones medioambientales cambiantes sin depender de la ayuda externa.
El voluntariado ha sido un factor clave del movimiento mundial por el medio ambiente, movilizando a comunidades de todo el mundo para ayudarlas a responder, a resistir y a recuperarse de situaciones medioambientales adversas. Cuando se facilita, el voluntariado puede ayudar a las comunidades a usar sus propios recursos para mantener estructuras fundamentales bajo fenómenos meteorológicos extremos o condiciones medioambientales cambiantes sin depender de la ayuda externa.
El Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra cada 5 de junio, aglutina los esfuerzos de la gente con el fin de conseguir un futuro sostenible para nuestro planeta. Este año, el programa de Voluntarios de las Naciones Unidas (VNU) marca el Día destacando cómo la acción voluntaria puede aumentar la resistencia a los efectos negativos del cambio climático tanto de las comunidades como de los individuos. En un mundo que cambia rápidamente, el voluntariado se mantiene como una constante: un recurso universal, dinámico y creativo presente en todas las sociedades para apoyar unas respuestas multidimensionales al desafío de garantizar la sostenibilidad medioambiental.
Esto tiene una importancia especial para los pequeños estados insulares ya que son los más vulnerables a los riesgos medioambientales provocados por el calentamiento global. Los urgentes desafíos medioambientales a los que se enfrentan tanto los pequeños estados insulares como otros países requieren respuestas centradas en la gente y que provengan de múltiples sectores e interesados. El voluntariado fortalece las estructuras comunitarias y empodera a las personas, por lo que es una herramienta excelente y estratégica para alzar la voz de la gente en lugar de alzar el nivel del mar.
El programa VNU ya ha realizado contribuciones sostenibles a la resistencia de las comunidades para la adaptación local al cambio climático y los esfuerzos por mitigarlo, por medio de planteamientos centrados en las personas. Los Voluntarios ONU ofrecen asistencia técnica en la gestión de los recursos naturales, la conservación sostenible de la biodiversidad y la adaptación al cambio climático, además de alentar a la sociedad civil a responsabilizarse de su entorno. Para ver el vídeo-mensaje de Richard Dictus, Coordinador Ejecutivo del programa VNU, vaya a: https://www.youtube.com/watch?v=WZ2tS8VaK3s&feature=youtu.be
Por ejemplo, en las Comoras el programa VNU ayudó a desarrollar las capacidades de las comunidades dependientes de áreas protegidas para buscar opciones de subsistencia alternativas. En un año, alrededor de 1.700 voluntarios han participado en áreas tan diversas como la contabilidad, la producción de plantones, el desarrollo comunitario y la gestión de proyectos. El programa VNU también ha respaldado el desarrollo de 35 grupos comunitarios locales, cada uno de los cuales ha tenido que formular su propio plan para mantener la sostenibilidad medioambiental y la biodiversidad.
Las comunidades pequeñas suelen ser las más afectadas, pero las menos preparadas para tratar los efectos del cambio climático. Para abordar este problema, el programa VNU ha sido uno de los asociados del proyecto de Adaptación Basada en la Comunidad (CBA) del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) desde 2008. El proyecto busca aumentar la resistencia de las comunidades y de los ecosistemas de los que dependen.
Los Voluntarios ONU han desempeñado un papel clave en la fase piloto de esta iniciativa de cinco años en países de todo el mundo. Dentro del proyecto, el programa VNU se ha esforzado por mejorar la movilización de la comunidad, facilitar las contribuciones de los voluntarios y garantizar una participación inclusiva. El proyecto generó un conocimiento incalculable y facilitó el desarrollo de capacidades de ONG asociadas y organizaciones comunitarias locales. Entre 2008 y 2013, se llevaron a cabo proyectos en diez países de África, Asia, América Latina y el Caribe y el Pacífico. Al trabajar con 100 grupos comunitarios, los proyectos llegaron a 64 comunidades y a unas 240.000 personas.
En Guatemala, como parte del proyecto CBA, Voluntarios ONU nacionales ayudaron a comunidades indígenas a identificar los efectos negativos del cambio climático y a reforzar su resistencia a ellos. Los Voluntarios ONU nacionales trabajaron estrechamente con miembros de las comunidades para identificar técnicas agrícolas mejoradas, incluidas la conservación del suelo y la reforestación.
En colaboración con agencias de la ONU, gobiernos, organizaciones de voluntarios y otros asociados, el programa VNU apoya enfoques innovadores para procesos a largo plazo que ayuden a aumentar la resistencia de las comunidades, mejorar la capacidad para la autosuficiencia local, alentar el fortalecimiento a nivel local y actitudes de cambio duraderas, lo que es necesario para mantener los avances medioambientales.
Alrededor de 100 Voluntarios de la ONU han servido con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) durante los últimos siete años, apoyando la conservación, protección, mejora y apoyo a la naturaleza y los recursos naturales, incluida la diversidad biológica. Trabajan en las comunidades, lo que les permite ayudar a crear unas condiciones óptimas para aumentar la resistencia comunitaria a los impactos del cambio climático.
La Joven Voluntaria ONU Dana Siedemova (República Checa) trabajó en la Oficina de Enlace del PNUMA en Addis Ababa, Etiopía, como especialista en promoción medioambiental VNU. Su papel incluía aumentar la visibilidad del PNUMA y mejorar la concientización y la comunicación medioambiental, así como colaborar con el Ministerio de Protección Medioambiental y Forestal. Dana también era responsable de interactuar con el gobierno local y con organizaciones de la sociedad civil etíope que trabajan junto con las comunidades, los jóvenes y los voluntarios. Una de las tareas de Dana era organizar actividades de promoción sobre el medio ambiente y organizar campañas medioambientales. La reciente campaña Limpiar el mundo Limpiar Addis ha demostrado que con un presupuesto mínimo, una gran motivación y un gran compromiso con el medio ambiente y el voluntariado, se puede conseguir mucho.
En respuesta a un número creciente de peticiones de Estados Miembros y organismos de la ONU, el programa VNU está desarrollando un programa mundial para la resiliencia comunitaria y la reducción de los riesgos medioambientales y de desastres, en línea con el Marco Estratégico del programa VNU 2014-2017. Esto llega cuando se renuevan los llamamientos por un desarrollo sostenible y una agenda post-2015 que aborden los cada vez mayores desafíos para las comunidades y su capacidad para responder a ellos. A través de este programa mundial, el programa VNU ampliará sus alianzas y asegurará un impacto duradero mediante su experiencia en movilizar voluntarios para lograr mayor resiliencia comunitaria.
Las evaluaciones del programa VNU subrayan que la planificación debe tener en cuenta una serie de cuestiones que incluyen la contribución de las comunidades para que estas puedan hacer suyas las iniciativas. Ahí es donde entra en juego el poder del voluntariado. Por el bien de las generaciones futuras, alcemos nuestras voces, no el nivel del mar en solidaridad con las personas que a día de hoy son más vulnerables al cambio climático.
Artículo traducido del inglés por el Voluntario de las Naciones Unidas en línea Manuel Escudero.
El Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra cada 5 de junio, aglutina los esfuerzos de la gente con el fin de conseguir un futuro sostenible para nuestro planeta. Este año, el programa de Voluntarios de las Naciones Unidas (VNU) marca el Día destacando cómo la acción voluntaria puede aumentar la resistencia a los efectos negativos del cambio climático tanto de las comunidades como de los individuos. En un mundo que cambia rápidamente, el voluntariado se mantiene como una constante: un recurso universal, dinámico y creativo presente en todas las sociedades para apoyar unas respuestas multidimensionales al desafío de garantizar la sostenibilidad medioambiental.
Esto tiene una importancia especial para los pequeños estados insulares ya que son los más vulnerables a los riesgos medioambientales provocados por el calentamiento global. Los urgentes desafíos medioambientales a los que se enfrentan tanto los pequeños estados insulares como otros países requieren respuestas centradas en la gente y que provengan de múltiples sectores e interesados. El voluntariado fortalece las estructuras comunitarias y empodera a las personas, por lo que es una herramienta excelente y estratégica para alzar la voz de la gente en lugar de alzar el nivel del mar.
El programa VNU ya ha realizado contribuciones sostenibles a la resistencia de las comunidades para la adaptación local al cambio climático y los esfuerzos por mitigarlo, por medio de planteamientos centrados en las personas. Los Voluntarios ONU ofrecen asistencia técnica en la gestión de los recursos naturales, la conservación sostenible de la biodiversidad y la adaptación al cambio climático, además de alentar a la sociedad civil a responsabilizarse de su entorno. Para ver el vídeo-mensaje de Richard Dictus, Coordinador Ejecutivo del programa VNU, vaya a: https://www.youtube.com/watch?v=WZ2tS8VaK3s&feature=youtu.be
Por ejemplo, en las Comoras el programa VNU ayudó a desarrollar las capacidades de las comunidades dependientes de áreas protegidas para buscar opciones de subsistencia alternativas. En un año, alrededor de 1.700 voluntarios han participado en áreas tan diversas como la contabilidad, la producción de plantones, el desarrollo comunitario y la gestión de proyectos. El programa VNU también ha respaldado el desarrollo de 35 grupos comunitarios locales, cada uno de los cuales ha tenido que formular su propio plan para mantener la sostenibilidad medioambiental y la biodiversidad.
Las comunidades pequeñas suelen ser las más afectadas, pero las menos preparadas para tratar los efectos del cambio climático. Para abordar este problema, el programa VNU ha sido uno de los asociados del proyecto de Adaptación Basada en la Comunidad (CBA) del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) desde 2008. El proyecto busca aumentar la resistencia de las comunidades y de los ecosistemas de los que dependen.
Los Voluntarios ONU han desempeñado un papel clave en la fase piloto de esta iniciativa de cinco años en países de todo el mundo. Dentro del proyecto, el programa VNU se ha esforzado por mejorar la movilización de la comunidad, facilitar las contribuciones de los voluntarios y garantizar una participación inclusiva. El proyecto generó un conocimiento incalculable y facilitó el desarrollo de capacidades de ONG asociadas y organizaciones comunitarias locales. Entre 2008 y 2013, se llevaron a cabo proyectos en diez países de África, Asia, América Latina y el Caribe y el Pacífico. Al trabajar con 100 grupos comunitarios, los proyectos llegaron a 64 comunidades y a unas 240.000 personas.
En Guatemala, como parte del proyecto CBA, Voluntarios ONU nacionales ayudaron a comunidades indígenas a identificar los efectos negativos del cambio climático y a reforzar su resistencia a ellos. Los Voluntarios ONU nacionales trabajaron estrechamente con miembros de las comunidades para identificar técnicas agrícolas mejoradas, incluidas la conservación del suelo y la reforestación.
En colaboración con agencias de la ONU, gobiernos, organizaciones de voluntarios y otros asociados, el programa VNU apoya enfoques innovadores para procesos a largo plazo que ayuden a aumentar la resistencia de las comunidades, mejorar la capacidad para la autosuficiencia local, alentar el fortalecimiento a nivel local y actitudes de cambio duraderas, lo que es necesario para mantener los avances medioambientales.
Alrededor de 100 Voluntarios de la ONU han servido con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) durante los últimos siete años, apoyando la conservación, protección, mejora y apoyo a la naturaleza y los recursos naturales, incluida la diversidad biológica. Trabajan en las comunidades, lo que les permite ayudar a crear unas condiciones óptimas para aumentar la resistencia comunitaria a los impactos del cambio climático.
La Joven Voluntaria ONU Dana Siedemova (República Checa) trabajó en la Oficina de Enlace del PNUMA en Addis Ababa, Etiopía, como especialista en promoción medioambiental VNU. Su papel incluía aumentar la visibilidad del PNUMA y mejorar la concientización y la comunicación medioambiental, así como colaborar con el Ministerio de Protección Medioambiental y Forestal. Dana también era responsable de interactuar con el gobierno local y con organizaciones de la sociedad civil etíope que trabajan junto con las comunidades, los jóvenes y los voluntarios. Una de las tareas de Dana era organizar actividades de promoción sobre el medio ambiente y organizar campañas medioambientales. La reciente campaña Limpiar el mundo Limpiar Addis ha demostrado que con un presupuesto mínimo, una gran motivación y un gran compromiso con el medio ambiente y el voluntariado, se puede conseguir mucho.
En respuesta a un número creciente de peticiones de Estados Miembros y organismos de la ONU, el programa VNU está desarrollando un programa mundial para la resiliencia comunitaria y la reducción de los riesgos medioambientales y de desastres, en línea con el Marco Estratégico del programa VNU 2014-2017. Esto llega cuando se renuevan los llamamientos por un desarrollo sostenible y una agenda post-2015 que aborden los cada vez mayores desafíos para las comunidades y su capacidad para responder a ellos. A través de este programa mundial, el programa VNU ampliará sus alianzas y asegurará un impacto duradero mediante su experiencia en movilizar voluntarios para lograr mayor resiliencia comunitaria.
Las evaluaciones del programa VNU subrayan que la planificación debe tener en cuenta una serie de cuestiones que incluyen la contribución de las comunidades para que estas puedan hacer suyas las iniciativas. Ahí es donde entra en juego el poder del voluntariado. Por el bien de las generaciones futuras, alcemos nuestras voces, no el nivel del mar en solidaridad con las personas que a día de hoy son más vulnerables al cambio climático.
Artículo traducido del inglés por el Voluntario de las Naciones Unidas en línea Manuel Escudero.