Reconstrucción de las comunidades afectadas por el terremoto en Nepal

Después del terremoto ocurrido en Nepal en 2015, el programa de Voluntarios de las Naciones Unidas (VNU), en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) movilizó en muy poco tiempo a un total de 107 voluntarios, que fueron asignados a los lugares afectados por el terremoto, donde desempeñaron funciones fundamentales y prestaron servicios a las víctimas. 

El terremoto, que sacudió Nepal el 25 de abril de 2015 y que tuvo varias réplicas, provocó una destrucción generalizada en todo el país. Causó la muerte a 8.790 personas y otras 22.300 resultaron heridas, y 755.549 casas sufrieron daños o quedaron totalmente destruidas. 

Los Voluntarios de las Naciones Unidas, la mayoría de ellos ingenieros, entre los cuales había expertos en agricultura, silvicultura, contabilidad y apoyo administrativo y logístico, se integraron en el proyecto de Demolición y Retirada de Escombros y en el Programa de Gestión Integral del Riesgo de Desastres, ambos ejecutados por el PNUD.  

En coordinación con los expertos en demolición del PNUD, los Voluntarios de las Naciones Unidas realizaron la evaluación estructural de los edificios públicos y privados que habían sufrido daños a consecuencia del terremoto, como escuelas, puestos sanitarios y monasterios. 

Trabajando conjuntamente con voluntarios locales y en coordinación con importantes organismos locales, como la secretaría del Comité de Desarrollo de Aldeas y el Foro de Ciudadanos, efectuaron visitas a los hogares con miras a la realización de la evaluación y llevaron a cabo la supervisión diaria y el aseguramiento de la calidad de las operaciones de retirada de escombros realizadas por las brigadas.

También supervisaron la labor de las brigadas del programa de trabajo a cambio de efectivo, integradas por miembros de la comunidad, que retiraron enormes cantidades de escombros diseminados por las zonas afectadas por el desastre. 

Estas actividades fueron fundamentales para evitar que se produjeran nuevas víctimas mortales entre los escombros y garantizar la rápida restauración de un entorno físico seguro, preparando el terreno para la reconstrucción de las casas y los edificios públicos. En colaboración con diferentes partes interesadas y con la comunidad local, los Voluntarios de las Naciones Unidas evaluaron 4.060 estructuras dañadas por el terremoto y organizaron la retirada de 294.279,18 metros cúbicos de escombros de las casas y las estructuras públicas.

El programa de trabajo a cambio de efectivo adoptado para facilitar las operaciones de retirada de escombros brindó a las víctimas del terremoto esos ingresos de emergencia que tanto necesitaban para cubrir las necesidades inmediatas. Los Voluntarios de las Naciones Unidas eligieron deliberadamente a las mujeres para que participaran en este programa. 

Los Voluntarios de las Naciones Unidas asignados al Programa de Gestión Integral del Riesgo de Desastres también prestaron asistencia técnica y apoyo en la gestión de proyectos a varias organizaciones comunitarias, como por ejemplo grupos de usuarios de los bosques, redes de mujeres y comités comunitarios de gestión del riesgo de desastres. Los Voluntarios de las Naciones Unidas, como responsables locales de la ejecución de las actividades en el marco del plan de pequeños subsidios de capital del PNUD, prestaron apoyo a las organizaciones comunitarias en la documentación de consultas importantes, la selección de los beneficiarios y la elaboración de propuestas e informes iniciales. Además, introdujeron la práctica de organizar audiencias a nivel comunitario sobre financiación de proyectos que hacían las veces de “auditorías sociales” participativas de los proyectos comunitarios. 

La participación de los Voluntarios de las Naciones Unidas en el Programa de Gestión Integral del Riesgo de Desastres proporcionó a 16 organizaciones comunitarias una comprensión profunda y una experiencia práctica de los diferentes procesos que constituyen el ciclo de gestión de un proyecto y contribuyó a la prestación eficaz de asistencia para la recuperación a las víctimas del terremoto. 

Los Voluntarios de las Naciones Unidas facilitaron asimismo la puesta en marcha de campañas de sensibilización por medio de una furgoneta en la que se desplazaban de comunidad en comunidad para informar a sus habitantes sobre los principios de la construcción resiliente a los terremotos.

La labor de los Voluntarios de las Naciones Unidas fue muy apreciada por la población de las comunidades, que valoraba el esfuerzo que suponía desplazarse desde lugares alejados para prestar asistencia en un momento en el que dicha asistencia resultaba fundamental. Al colaborar con voluntarios locales, los Voluntarios de las Naciones Unidas se integraron con rapidez en las comunidades y fortalecieron los vínculos con ellas al objeto de promover la confianza y las buenas relaciones con sus habitantes, que eran requisitos esenciales para aplicar con eficacia las medidas de respuesta al terremoto. 

El espíritu de equipo, la cooperación y la solidaridad, frente a una relación supervisor-subordinado, fue muy evidente en la interacción entre los Voluntarios de las Naciones Unidas y los participantes en el programa de trabajo a cambio de efectivo. Además, la adopción del voluntariado como enfoque en los proyectos del PNUD permitió a los jóvenes prestar servicio como Voluntarios de las Naciones Unidas y participar así en la respuesta al terremoto, al tiempo que desarrollaban sus competencias y capacidades individuales en el proceso.


En enero de 2017, el programa VNU publicó el informe (en inglés) titulado Rebuilding with the Community after a Disaster: Volunteer Engagement in the 2015 Nepal Earthquake, en el que se examina el papel desempeñado por el voluntariado en las medidas de respuesta al terremoto sobre la base de la labor de los Voluntarios de las Naciones Unidas asignados a los lugares afectados por el desastre.


Artículo traducido del inglés por la Voluntaria en línea ONU Luisa Merchán.

Bangkok, Tailandia