El terremoto de magnitud 7,8 que devastó Ecuador en abril de 2016 causó 720.000 damnificados y obligó a 30.000 personas a refugiarse en campamentos provisorios. El programa VNU apoyó la labor de las agencias de la ONU movilizando rápidamente 32 Voluntarios ONU, 29 nacionales y tres internacionales, para que intervinieran en la respuesta de emergencia, sobre todo en las zonas afectadas.
En las primeras tres semanas posteriores al terremoto, el programa VNU movilizó cinco Voluntarios ONU para que brindaran apoyo inmediato a las agencias de la ONU. El resto se fue incorporando en los tres meses sucesivos. Todos los Voluntarios ONU trabajaron directamente con las comunidades y personas afectadas, sobre todo las mujeres y los niños, y en general con aquellas familias que además de sus viviendas, habían perdido sus medios de vida. El objetivo era ayudarlas a reconstruir capacidad y a desarrollar estrategias de empoderamiento económico.
Como se pueden movilizar rápidamente y son capaces de reclutar ayuda local familiarizada con el contexto y las prioridades del país, en las respuestas a un desastre los Voluntarios ONU están en condiciones tanto de aportar ayuda inmediata como de identificar salidas hacia la recuperación a mediano y largo plazo.
Dieciséis Voluntarios ONU nacionales de ONU MUJERES, la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres, y cuatro de la OIM, la Organización Internacional para las Migraciones, ayudaron a incrementar la participación y el empoderamiento femenino capacitando a las mujeres como trabajadoras de la construcción y organizando actividades empresariales y de orientación con las que mejoraron las condiciones de vida de muchas familias.